Los Tribunales están obligados a cumplir las leyes y la LAU, evidentemente, establece, entre otros casos de resolución, el de precisar el arrendador la vivienda para sí o sus familiares, por cuyo motivo el tema de debate gira en torno a si la necesidad alegada en la demanda es real o ficticia, cuestión difícil de precisar cuando la causa está referida a las malas relaciones con la suegra que convive con el demandante y esposa que, según afirma, le hace la vida imposible, pero de todos modos tampoco es lícito exigir del demandante una prueba acabada e incuestionable, ya que la vida familiar no suele trascender a terceros. Por ello, la doctrina y jurisprudencia han señalado que la convicción del juzgador ha de fundarse, sobre todo, en la verosimilitud del aserto actor y en la necesidad de remediar una situación incómoda e insostenible.