El contrato de depósito, en su concepto y estructura básica civil, deviene contrato mercantil cuando concurren las siguientes circunstancias: que el depositario, al menos, sea comerciante, que las cosas depositadas sean objeto de comercio, y que el depósito constituya por sí una operación mercantil o se haga como antecedente o consecuente de una operación mercantil. Es habitualmente retribuido, puede realizarse sobre dinero, títulos valores y mercaderías en general, puede hacerse depósito de numerario, con o sin especificación de monedas.
Código de comercio, artículo 303.
encicl.jurídicabiz14